El diario de el chavo del ocho by Roberto Gómez Bolaños

El diario de el chavo del ocho by Roberto Gómez Bolaños

autor:Roberto Gómez Bolaños [Bolaños, Roberto Gómez]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Humour
ISBN: 9789707310940
publicado: 1994-12-31T23:00:00+00:00


El diario (25)

El Profesor Jirafales nos ordenó que lleváramos un trabajo acerca de la desnutrición, pero yo no tenía ni la menor idea de lo que debía escribir. Entonces la Chilindrina me dijo que no hacía falta que escribiera nada, que bastaba con que llevara una fotografía mía.

El diario (26)

Hoy apareció en la vecindad un letrero que dice: «En esta becindá están proibidos los animales».

O sea que lo copié tal como estaba escrito, pero el Profesor Jirafales ya nos dijo que ese letrero tiene muchas faltas de mala ortografía. Lo que pasó fue que lo escribió Ron Damón, que es muy bruto.

Pero la idea no fue de Ron Damón, sino que fue de Doña Florinda; nomás que ella le pagó a Ron Damón para que escribiera el letrero, porque a Doña Florinda es a la que no le gustan los animales —con excepción de Quico.

Doña Clotilde —o sea la Bruja del 71— se enojó mucho cuando vio ese letrero, pero Jaimito el Cartero le dijo que no se preocupara, que mientras ella pagara la renta a tiempo, nadie le podía prohibir que viviera aquí. Entonces Doña Clotilde se enojó también con Jaimito, y le dijo que ella no era ningún animal.

Jaimito le preguntó que entonces por qué se había enojado al ver el letrero, y Doña Clotilde respondió que porque ella tenía un perrito.

Por cierto que el perrito de Doña Clotilde es muy bonito, pero muy delicado —porque es de una raza muy fina—. Por eso le dan de comer mejor que a mí; porque yo no soy de raza fina, sino más bien corriente.

Doña Clotilde es muy cariñosa con su perrito y lo cuida como si fuera su hijo. Y la Chilindrina dice que eso se debe a que Doña Clotilde es una solterona; porque dice que a las solteronas casi nunca les da por tener hijos. Y por eso en vez de hijos tienen perros.

Pero las mujeres engordan mucho cuando van a tener un hijo, y yo no recuerdo que Doña Clotilde hubiera engordado cuando iba a tener al perro. O sea que no es lo mismo.

Después ya se supo que Doña Florinda mandó poner ese letrero porque se enojó mucho cuando el perrito de Doña Clotilde se metió a su casa y se cagó en la alfombra de su casa.

Pero de nada le sirvió, porque después de que había puesto ese letrero, el perrito se volvió a meter a su casa y se volvió a cagar en la alfombra de la sala. Y es que a Doña Florinda se le olvidó que los perros no saben leer.



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